La puerta abierta

Lapuertaabierta alta
Con la puesta en marcha de dpersonas y las múltiples actividades en las que en estos meses ando metido, me doy cuenta que he dado poco espacio al nacimiento de La Puerta Abierta y a todo lo que la presentación de un libro conlleva.


El pasado 25 de Mayo presentamos LPA en la Ciudad de la Raqueta de Madrid. Emilio Sánchez Vicario, quien muy generosamente escribió el prólogo, hizo de anfitrión. 

Presentar un libro en sociedad tiene siempre ese punto de recompensa y vértigo al tiempo. Recompensa porque supone la culminación de un trabajo de mucho tiempo, como César Piernavieja, el editor de LID, dijo. Es verdad. Escribir un libro es una tarea bonita y sacrificada al tiempo. Se pasan muchas horas frente a un papel buscando esa palabra que guste al lector, el sentido de una frase que explique lo que de verdad quieres contar, se pasa mucho tiempos eligiendo una forma de decir algo que no hiera a nadie… Son muchas horas en las que la comunicación es imperfecta porque no hay “nadie” al otro lado. En cierto modo me recuerda a los años en los que hice varios programas de radio. En realidad no sabes si se ha roto un cable y estás hablando sólo para un hierro con forma de micro. Cuando escribes sólo piensas en lo que va a sentir el lector, en lo que va a pensar cuando lo lea, en lo que quieres que imagine, en el viaje que quieres que haga contigo. Cuando narras una historia imaginas a los personajes tal y como quieres que sean imaginados por los lectores que aún no conoces. 

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Por eso, el acto de presentación no es para mí tanto la presentación de mi trabajo, como el momento de conocer a quienes lo van a leer. Y eso lo hace un momento excitante. El momento de vértigo que decía al principio. ¡Por fín conozco a quienes lo van a leer! La comunicación se completa porque ya hay “alguien” al otro lado. La presentación de un libro es también el momento en que el hijo deja de ser tuyo y cobra vida. Es algo así como el alumbramiento. Lo has llevado en tus entrañas todo este tiempo, y en ese momento cobra vida plena y empieza a estar en las estanterías, en las cabezas, y en los despachos de otros. Se hace mayor. Y cuando un hijo tuyo se hace mayor, sólo esperas haberlo hecho lo suficientemente bien como para que tenga una vida larga, fructífera y llena de aventuras. Eso es lo que le deseo a LPA. Los primeros momentos no están pudiendo ser mejores a juicio de la editorial. Hemos dado conferencias, hemos participado en Foros, hemos triunfado en la Feria del Libro… ¡Qué más se puede pedir! 

LPA es un libro vitalista, que nos anima a ver el lado amable de la situación por difícil que ésta parezca, que nos anima a dar las gracias por la parte del vaso que tenemos medio lleno y a explorar el camino para llenar el otro medio, que nos dice que hay que ser protagonistas en vez de meros espectadores de nuestra vida… 

Yo estoy encantado con estos dos meses escasos que tiene de vida. Os animo a leerlo. Os animo a compartir experiencias similares, a contar como superasteis aquella situación difícil y qué os hizo vencer el miedo… 

Tenemos todos tanto que aprender de cada uno de nosotros…

Os dejo con un resumen de la presentación… 

Buena semana

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