Me han despedido: ¿Me echo a llorar? o me alegro…

Un despido es un despido. No hay que quitarle trascendencia…ni tampoco darle más de la cuenta. Según el diccionario, un despido no es más que la decisión del empresario por la que pone término a la relación laboral que le unía a un empleado. Y está muy bien, porque coloquialmente se suele decir: “La empresa me/le ha despedido”.

The relationship between robotic employer and employee.
“La empresa me ha despedido” – No es así.

Y no es sí. Las empresas no son las que despiden, no tienen manos ni poder de decisión. Las personas que las dirigen son los que toman las decisiones. Y son legítimas. Quienes dirigen las empresas deciden cuando y a quien seleccionar dan la orden de contratar y pagar por los servicios, sancionan y premian, capacitan, y finalmente, cuando ya no les interesa, despiden a las personas. Así es. Tan sencillo como eso. Mi amigo Andrés Pérez Ortega dice que “ser empleado” es “ser usado”. Y tiene razón. En muchas empresas un empleado es alguien que sirve para un fin, y cuando éste ya no se justifica, deja de ser usado y sale de la empresa.

"Ser empleado” es “ser usado” – #NoSomosEmpleados Clic para tuitear

¿Y ahora qué? 

O como dicen por acá, So what? ¿qué sigue? Eso ya es cuestión de cada cual. La pérdida de un empleo, como cualquier pérdida, requiere de un proceso de duelo. Ese es el tema de mi segundo libro, La Puerta Abierta, en el que escribí bastante sobre el duelo. Y aquí es donde empezamos a ver diferencias. Hay quienes ven en su salida de la empresa una injusticia inmerecida como pago de sus servicios, y hay quien lo ve como una oportunidad para hacer cosas diferentes, o las mismas en sitios distintos. Entremedias hay una amplia gama de reacciones escoradas hacia un lado o hacia el otro.

Front view of beautiful businesswoman with cardboard boxes talking on mobile phone in new office
So what? ¿qué sigue?

Quienes más rápido superan el duelo, quienes antes comienzan a buscar nuevos horizontes, antes tendrán éxito. Aquellos a quienes el proceso de duelo se les atragante, quienes piensen que han sido injustamente tratados, quien no consideraban que eso les podía pasar a ellos, es posible que afronten el futuro con menos optimismo, con un estado de ánimo y una autoestima más bajos, y por ello las posibilidades de éxito disminuyan.

¿Qué hacer? ¿Cómo tomar un despido?

Quienes siguen este blog saben lo enemigo que soy de dar consejos y así voy a seguir. No creo en recetas infalibles, no creo en decálogos milagrosos. Hace ya algunos años vengo aferrado a la idea de elegir como trabajo actividades que te gusten. Sólo cuando trabajas en algo que te apasiona dejas de tener la sensación de trabajar. Por eso, un despido puede ser una extraordinaria oportunidad de reencontrase con los sueños. Como decía hace unos días un comercial de la CNN durante el debate demócrata de Hillary Clinton (en medio de cuatro señores bien ataviados): “Para conseguir tus sueños, sólo tienes que hacer una cosa: Perseguirlos”.

Para conseguir tus sueños, sólo tienes que hacer una cosa: Perseguirlos – Hillary Clinton #FollowYourDream Clic para tuitear

Si pensamos en un despido como un cambio de ciclo, como una puerta que se cierra para que se abran otras, como un guiño del destino, estaremos mentalmente más preparados para poder evocar nuestros sueños y eventualmente lanzarnos a perseguirlos. Si por el contrario nos sumimos en pensar en una injusticia que nunca fue, en un drama inexistente, tardaremos mucho más en salir adelante.  De usted depende. Sólo de usted. Bueno, y de su manera de afrontar los retos en virtud de su educación, pasado y forma de pensar. Todo vale. Si piensa que es un problema lo será. Si piensa que es una oportunidad así será. 

Termino con esta vieja leyenda Cherokee que le contaba un abuelo a sus nietos:


«Hay una batalla teniendo lugar en mi interior… es una pelea terrible entre dos lobos….

Un lobo representa el miedo, la ira, la envidia, la pena, el arrepentimiento, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego.

El otro lobo es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, el compartir, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia, la amistad, la generosidad, la verdad y la fe”.

Dream catcher at sunset
“El lobo que gana es aquél al que tú alimentes”

Miró a los niños y les dijo: “Esa misma lucha está teniendo lugar en vuestro interior y en el de cualquier persona que viva”.

Los niños se quedaron pensando un momento y uno de ellos le preguntó al abuelo: ¿Y cuál de los dos lobos ganará?

El abuelo respondió: “Aquél al que tú alimentes”.


Tengamos una llamada

Nuestra misión como consultores, como compañeros de viaje, es ayudarle a encontrar las mejores soluciones que pongan a su empresa en la vanguardia, y la alejen de las mentalidades fijas.

Escríbanos a info@dpersonas.com y tengamos una llamada. No le va a costar nada. ¿Y lo que va a ganar?

Buena semana!!!

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